lunes, 31 de octubre de 2011

Cine: "Noche Sin Fortuna" Francisco Forbes, Álvaro Cifuentes.




PInCha=pUNk

El Pincha llegó a Posadas desde la Ciudad de La Plata con solo 14 /15 años. Llegó para cautivar a todos y todas con su prodigiosa labia, su inquebrantable perspicacia, su rasgado humor, su pasión pincharrata (ser hincha de Estudiantes de la Plata en la Ciudad de Posadas ya es de por sí una extravagancia) y su bondad a prueba de balas. Su paso por La Ciudad de Posadas fue extremadamente fugaz. Para mí que él era una especie de niño prodigio, pero lo buena era que él no lo sabía. Para mí El Pincha era una especie de ser superior, que no había venido a mi ciudad solamente a estudiar con nosotros, sino a mostrarnos como debíamos caminar, como debíamos respirar, como debíamos enamorarnos, como debíamos gritar, como debíamos llorar. Todo era nuevo y contrastaba con las formas  y modales que nos habían enseñado nuestros padres. Un día, ya no recuerdo fechas, un día caluroso en Posadas los dos teníamos que rendir unas materias en marzo. YO: Inglés con la Profesora Sereinner, ÉL: Química con la Profesora Gaona. Los dos, lógicamente ,desaprobamos. La diferencia fue que esa misma tarde El Pincha repitió 3º Año. Yo estaba doblemente deprimido, por un lado tenía que volver a estudiar inglés y porque sabía que iba a perderlo, ya que él iba a hacer nuevos amigos, se iba a poner de novio, iba a tener muchos hijos y se iría a vivir a algún pueblito del Norte de Nueva Zelanda. Esa tarde de bajón salimos del horrible colegio al que íbamos y nos fuimos al bar más hermoso de la ciudad, TERRA. Nos pedimos unas pocos birras, y nuestra adolescencia ayudó a que nuestra embriaguez fuera casi inmediata. Bebimos y charlamos de lo horrible de la secundaria, de lo hermoso de las mujeres, de lo importante que se estaba volviendo la música en nuestras vidas. Jugamos al metegol por la cerveza. Esa misma tarde El Pincha y yo escribimos una canción para su banda punk llamada “Correccional”. El tema se llamaba “Vida de Secundario”. Los dos canalizamos toda nuestra epifanía adolescente en esa pequeña canción,  que aún hoy escucho. Al poco tiempo El Pincha murió golpeado por una patota y yo comprendí que la música punk, al menos para mí, es y será siempre un joven de 15 años oriundo de la Ciudad de La Plata. Morir joven es una virtud que los vivos no podrán entender jamás.

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