lunes, 12 de diciembre de 2011

Libros: "Mujeres". Escrito X Charles Bukowski.


PelopINCho

Verano en la ciudad de Gobernador Virasoro, en la Provincia de Corrientes. La madre soltera termina de armar la pileta Pelopincho. La arma. Sola por primera vez. Se siente orgullosa. Ella está transpirada y con sus cabello castaños algo desalineados, pero se la nota soberbia. Inmensa. A ella y a la pileta de lona. El sol pega fuerte en la terraza de su casa. Allí la Pelopincho, de color azul con dibujitos de animales, reluce esplendorosa. El sol no hace más que volverla implacable. A la pileta de lona y a ella. La madre se sienta en un sillón reclinable. Se toma un tereré de agua. Agua, hielo y unos yuyos. Toma en un mate gaucho, con el logo del Gremio de Porto Alegre. Se bebe dos tererés. Suena una bocina. La madre se acerca hasta el borde de la terraza. Sus dos hijos bajan de un auto de color verde. Son dos niños. Uno de 3 años y otro de 5. Los dos tienen unas mochilas muy grandes. Se despiden de su padre quien no desciende del automóvil. La madre ya no se encuentra en la terraza. Abre la puerta de su casa y entran sus hijos.  Los besa y luego los abraza. Arroja las mochilas al suelo y suben raudamente a la terraza. La madre asciende primero para poder ver la reacción de sus hijos. El mayor llega primero.  Se quita rápidamente sus ropas. Se queda en calzoncillos y se arroja “bomba” al agua. El niño más pequeño sube las escaleras a duras penas. Ve la pileta y comienza a reír. Mira a su madre. Los dos se ríen, cómplices. La madre le saca la ropa a su hijo menor. Éste, solito se mete a la pileta. Los niños juegan, nadan y se arrojan agua. La madre se sienta nuevamente en el sillón. Mira a sus hijos divertirse en la pileta. Se bebe un tereré en el momento justo en el cual se percata que los cabellos de su hijo menor no se mojan con el agua.  Al igual que ella, los cabellos del niño también son impermeables. 


Cine: "De Caravana". Dirigida por Rosendo Ruíz.



eL VerANeO
Habíamos quedado con Nayra que nos encontraríamos en los casilleros de las garrafas, atrás de los monoblocks. Yo ciertamente dudaba de que ella fuera a encontrarse conmigo allí. Ese mismo día era la asunción presidencial de Carlos La Mona Jiménez. Por ello, toda la ciudad estaba empapelada con su imagen y banderines de hermosos colores en todas las esquinas. Esa semana fue inolvidable. Se oían algunas explosiones de cohetes en el aire. Se respiraba un aire festivo inigualable e irrepetible. La asunción de La Mona, se mezclaba con las fiestas navideñas. El olor a pólvora nuevamente. Unos chicos vestían a unas chicharras con unos cohetes Pica Pau. Les ataban un fino hilo de cocer a la chicharra, encendían el fosforito y la soltaban a volar libremente. El cohete explotaba en el aire y la chicharra automáticamente quedaba achicharrada. Un tanto contradictorio. Yo me puse mi mejor perfume. Pibes. Me puse más de la cuenta. Me ardían los ojos. Mi hermana me remarcó que me había “pasado de rosca con el pibes”. Salí de mi departamento, haciendo oídos sordos a los comentarios de mi hermana. Siempre solía saltar los escalones de a cuatro cuando bajaba de mi edificio. Ahora pisaba lentamente cada uno de ellos. Quería que los escalones se enteren de lo que estaba a punto de suceder. Yo conquistaría el mundo adulto, al fin. Extrañamente en el barrio no había nadie. Los juegos estaban vacíos. En los balcones,  nada. Al acercarme a la esquina veo pasar un gran colectivo escolar llevando a Jimeniztas que tocan bombos y arrojan tres tiros al aire. Llego a los casilleros. Me tiemblan las manos. Sudo. La camisa floreada se me pega a la espalda. No sé porque me transpira tanto la espalda. Ahora los brazos y las manos también me sudan. Eso es nuevo. Se oye el gas correr dentro de los tubos que salen de las garrafas. Yo me introduzco en un casillero vacío. El casillero que le pertenecía a la familia de Termy. Ahora se mudaron al Centro. A la menor fricción, chispa, todo puede volar por los aires. Miro mi reloj. 20:29. Cierro la puerta del casillero y todo queda a oscuras. No veo ni mi mano. Menos mi reloj. Espero Nayra llegue. Tengo miedo.